pulsos
La cultura ha alcanzado un grado de evolución y organización, donde todo parece estar organizado, en su lugar, y siguiendo una lógica sencilla establecida.
No obstante, cada acción, cada manifestación física que impacta sobre el soporte natural planetario, está atravesada por tremendas pujas de intereses y de actores, muchos de ellos invisibles , que pugnan a diario para establecer condiciones, para argumentar detrás de intereses, que no siempre responden al bien colectivo.
La multiplicidad de vectores que atraviesan el escenario contemporáneo, la fricción y su amplificación que las redes permiten, exponen como nunca, los conflictos que a diario estallan en la administración del patrimonio público, sus recursos y la legalidad vigente .
Las organizaciones intermedias y los colectivos organizados cuentan hoy con una visibilidad y un poder de influencia que ha permitido incrementar la conciencia colectiva sobre temas comunes, allí donde el mercado desatado había desbordado la capacidad del estado, en todas sus dimensiones, para administrar el bien común.
Un gran tablero de corcho permite además, entender las lógicas que articulan los procesos, y es allí donde muchas veces, fenómenos puntuales y locales responden a demandas y decisiones genéricas globales, desatando procesos de alto impacto en escenarios sensibles y desprotegidos ante estas fuerzas invisibles.
Pulsos, esas tensiones a descifrar de agudas lecturas entre líneas, que nos permitan entender de donde salen las decisiones para que una obra, sea.